Si hay un plato típico que nunca falla, esas son las croquetas. Un clásico de la gastronomía que gusta a prácticamente todas las personas. Un plato para disfrutar tanto en días de celebración como durante el día a día. Se puede consumir en un restaurante o hacerlas caseras. Eso sí, hacerlas en casa requiere de mano y práctica.
Pero bien se sabe que no todas las croquetas saben igual. El ingrediente principal que deben llevar todas ellas y el más importante a la hora de conseguir un buen resultado es, nada más y nada menos que, el roux. Se trata de un término que hace referencia a la mezcla de harina y mantequilla. La clave, según así lo indican los expertos, consiste en que las proporciones sean las mismas.
Tal y como así lo indican los expertos, la harina puede ser de maíz o trigo y la grasa, mantequilla, aceite o manteca. Con esta combinación de ingredientes se se consigue hacer la bechamel, la clave del éxito de unas buenas croquetas. Sin una buena bechamel, es prácticamente imposibles conseguir una buena croqueta. Pero, ¿hay alguna manera de saber si las croquetas de un restaurante son caseras o congeladas?
El truco para saber si las croquetas de un restaurante son caseras o congeladas
Aunque no hay nada como las croquetas caseras, lo cierto es que hay croquetas congeladas que pueden asemejarse en lo que a calidad y sabor se refiere. Lo que puede llegar a dificultar la capacidad de distinguir una croqueta casera o congelada.
Según explican los expertos, la clave para identificar si una croqueta es casera o congelada está en la huella que deja la malla empleada la máquina en su proceso de producción.
Para darle forma a las croquetas se utiliza una máquina formadora que recibe la bechamel y la va haciendo pasar por un tubo para estrusionarla, después, un brazo robótico va cortándola en trozos que caen sobre una rejilla. Al impactar sobre la rejilla, esta deja una marca en la croqueta, unas hendiduras equiespaciadas por uno de los lados. Una marca que sirve para identificar si una croqueta de un restaurante es casera o congelada.
Tal y como explican los especialistas, cuanto más profundas y visibles sean estas marcas, mejor, pues eso es señal de que la bechamel es muy cremosa.
