Ha pasado ya casi un mes desde que Jagoba Arrasate anunciara en una multitudinaria conferencia de prensa en El Sadar su decisión irrevocable de no renovar su contrato con Osasuna y poner fin al término del presente ejercicio a una etapa de seis temporadas como inquilino principal del banquillo del conjunto navarro. Escoltado aquel día en la mesa principal por el presidente del club, Luis Sabalza, y el director deportivo de la entidad, Braulio Vázquez, varias de las preguntas que le formularon los periodistas al todavía entrenador del cuadro rojillo tuvieron relación con su legado, cuyo contenido, llegados a este punto, resulta complicado de resumir en tan poco espacio, pero en el que sin duda hay que incluir un capítulo especial referente a su apuesta por la cantera.

El legado de Arrasate como técnico de Osasuna incluye un ascenso a Primera División en su primer año en Pamplona, cinco permanencias consecutivas en la máxima categoría, la segunda final de Copa de la historia del club, la clasificación para la previa de la Conference y el estreno en la Supercopa, asuntos todos estos que, además de su trascendencia deportiva, también reportaron pingües beneficios para el club a través de derechos televisivos, por ejemplo. También recuperó el preparador vizcaíno la conexión entre equipo y afición, sin olvidar que la cantera ha sido seña de identidad de un Arrasate que no ha regalado oportunidades, pero que, cuando las ha dado, lo ha hecho con aplomo y decisión.

Las cifras hablan por sí solas, pues son 19 los jugadores del Promesas que han debutado con el primer equipo durante los casi seis cursos de Arrasate como entrenador de Osasuna, número al que se llegó el pasado sábado en Vallecas con el estreno de Asier Osambela, joven centrocampista de Subiza que cumplirá 20 años el próximo 30 de octubre, y que aún podría crecer en las seis jornadas que restan para la conclusión de la Liga.

Como los datos también puede ser rebatidos por quienes recuerden que unos cuantos de esos 19 debutantes se quedaron en el camino, lo cierto es que resulta preciso destacar que otros cuantos llegaron para quedarse, como son los casos de Jon Moncayola, Aimar Oroz, Jorge Herrando, Iker Muñoz y Pablo Ibáñez, e incluso Jesús Areso, de regreso a Osasuna tras su etapa en Lezama sin pasar por el Promesas. Todos ellos, junto a los experimentados David García, Kike Barja y Unai García, los recién debutados Iñigo Arguibide y Asier Osambela y los cedidos en otros clubes (Javi Martínez, Iker Benito y Diego Moreno) se erigen en patrimonio principal del club. La cantera como legado de Arrasate. Un legado tanto material como intangible.