"Mi primera escapada en moto por México con unas amigas fue una experiencia maravillosa con la que empezó a crecer mi amor por las rutas. Pero fue el siguiente viaje, sola, el que definitivamente detonó la obsesión (positiva, en este caso) por viajar en moto lejos y en solitario". Así rememora Raquel Ollaquindia, periodista pamplonesa de 35 años y afincada en la ciudad mexicana de Zacatecas desde 2011, el arranque de una pasión que se ha convertido en un nuevo proyecto de vida. Ser creadora de contenidos de viajes en moto a través de su cuenta @kilometrosenblanco, que solo en Instagram roza los 53.000 seguidores.

Raquel Ollaquindia en el mirador de Costa Aquila, en el estado de Michoacán

Natural de Pamplona (13/09/1988), estudió en el colegio Santa Teresa de Jesús, en el mismo barrio de Ermitagaña en el que se crió. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en la promoción 2006-2010. Desde la carrera ya apuntaba maneras: pasó un verano como voluntaria en Guinea Ecuatorial y otro como becaria en Nuestro Diario, en Ciudad de Guatemala. También hizo prácticas en la sección de Deportes de DIARIO DE NOTICIAS DE NAVARRA antes de embarcarse en una aventura que desde entonces es su vida.

CAMBIO DE VIDA

Una vez terminada la Licenciatura, se marchó de mochilera a México a finales de 2010, con intención de probar suerte allí. Dos meses después, logró su primera oportunidad en Imagen y de ahí se catapultó a La Jornada, uno de los principales periódicos de tirada nacional del país.

Su desbordante vitalidad e inquietud profesional favorecieron que entrase también en el mundo de la televisión como reportera y presentadora en Televisa, y como locutora de radio en La Super G 94.7 Fm. Además, da clases de Periodismo en la Universidad Autónoma de Durango y en la Universidad de la Veracruz desde hace 6 años y trabajó en Prensa en el Congreso de Zacatecas. Fuera del ámbito de la Comunicación, se ha formado como paramédico con la Cruz Roja.

Incansable viajera, su afición por las motos comenzó hace cinco años, cuando adquirió una Honda CGL 125. "Desde entonces, no me he bajado de las dos ruedas", asegura.

Raquel recuerda que aquella compra fue por "casualidad", por una mala experiencia con el coche que tenía entonces y "gracias" a la que tuvo la oportunidad de tener su primera moto. "Nunca me había subido a una, por lo que tuve que aprender desde cero, pero enseguida sentí la necesidad de tener una de mayor cilindrada. Me gustaban las motos deportivas y comencé a interesarme en ese estilo. Cambié a una Honda CBR 250 y finalmente logré la de mis sueños: la Yamaha R6 (599cc), que es la que tengo ahora", describe. 

Raquel Ollaquindia, sobre su Yamaha R6

LOS VIAJES

Desde su viaje inaugural de Zacatecas a Valparaíso (unos 153 km) con un grupo de motoristas como ella, sintió que estaba hecha para el asfalto: "Me sentí muy satisfecha. Fue un trayecto tranquilo, pude poner en práctica las técnicas de rodada en grupo y disfrutar de la carretera. No hubo temores, solo concentración en el camino y en las compañeras, que íbamos para cuidarnos de posible peligros". Hasta el momento, aprovechando los periodos vacacionales, ha llegado a realizar unas rutas de hasta 3500 kilómetros, recorriendo parte de las costas mexicanas del Pacífico (Michoacán y Guerrero) y del Atlántico (Veracruz) con su cámara Insta 360 en el casco.

Uno de los viajes que más le ha marcado fue a raíz de una caída en un puerto de montaña en el interior del estado de Michoacán (uno de los más conflictivos) el pasado 31 de diciembre. No resultó herida, pero se le dañó la moto y tuvo dificultades para recibir ayuda por la desconfianza imperante debido, precisamente, a la inseguridad.

Por suerte, como quiso resaltar, la historia tuvo un final feliz. Fue escoltada por una camioneta hasta el pueblo más cercano, donde entró al 2024 en la comandancia de la policía, cuyos agentes le ayudaron a resolver los desperfectos de la moto. “A partir de ese momento, empecé a tomarme las cosas con calma y a dejarme llevar por la improvisación para que el viaje comenzara a hablar por sí mismo. Fue la mejor decisión”.

Raquel Ollaquindia, en un descanso durante un viaje por el estado de Colima

MACHISMO E INSEGURIDAD

Hay que tener en cuenta las inconmensurables distancias de un país como México, con una superficie de 1.964.375 km² (equivale a cuatro veces España) y una población estimada de 130 millones de habitantes.

Afortunadamente, no ha sufrido muchas situaciones de inseguridad en un país con casi un centenar de asesinatos diarios. De hecho, principalmente se ha “topado” con fuertes despliegues militares y policiales y recientemente “tuve que dar media vuelta en una carretera al estar cortado el paso por un tiroteo", recuerda.

Sobre situaciones de machismo, al ser el mundo del motor un sector históricamente muy masculinizado, cuenta que en persona no lo ha percibido tanto, pero sí en redes sociales: “Si publico algo relacionado con una avería de la moto y salgo sola o con alguna amiga, la conclusión generalizada es que eso nos pasó porque somos mujeres y no sabemos conducir ni cuidar una moto. En cambio, publico lo mismo, pero con un amigo o compañero de ruta y entonces me dicen que a todos nos puede pasar’”. No faltan comentarios como “mujer, qué esperaban”, “mejor vuelve a la cocina”

Asimismo, Raquel compara como “si hago una ruta en la que paso por un lugar conflictivo y describo la situación, muchos me dicen que por qué voy allí sola, que luego por eso nos pasa lo que nos pasa. Pero si por el mismo lugar pasa un hombre en moto, ahí sí se enfocan en comentar que es lamentable que el país esté así y qué valiente por mostrar esas historias”.

PLANES DE FUTURO

Nada supone un impedimento para lograr su objetivo: “Dar a conocer la otra cara de México: la de su gente buena, su cultura, tradiciones y su enorme biodiversidad, fue lo que me impulsó a empezar con la creación de contenidos en YouTube y en Instagram”, explica la comunicadora.

“Trato de imprimirle profundidad a los vídeos con historia y datos de los lugares a los que llego o por los que paso. De alguna forma, estos vídeos me permiten disfrutar de mi mayor pasión (las motos) y de mi profesión (el periodismo). Por otro lado, es apasionante entender cómo funciona cada red social: el público, el tipo de contenido y de qué forma llegar a más gente. Sin duda, es un importante campo de desarrollo para la comunicación y sería necesario profesionalizarlo”, explica la periodista.

Con su familia en Pamplona, hace lo posible por venir una vez al año, si bien espera que en un futuro sea más a menudo. A corto plazo, este verano ya planea recorrer en moto parte del país, junto a su hermano Mario, de 3 años más que ella (éste en furgoneta). La intención de su proyecto no sólo es recorrer México, sino que en un futuro muy próximo tiene previsto volver para viajar por aquí.